domingo, 10 de abril de 2011

sensaciones

La naturaleza me envuelve, el viento en cortas rafagas, me susurra voces lejanas en el tiempo de los habitantes originarios. El sol esta bajando y su calor decrece mientras se pierde en las monoliticas montañas y su reflejo se multiplica en contacto con los afilados bordes del glaciar que se desgaja en hilos de plata. La calidez de esos últimos rayos es un agradable contraste con la frescura del viento que siento en la cara. No es el final, es el inicio de un atardecer de aguas quietas, de nubes traviesas que dibujan imagenes que se definen y desaparecen. Arte efimero en nuestra propia mente. Las piedras son tronos en un reino de plegamientos, lagos glaciares y hielos eternos donde el choique aun camina en las llanuras cercanas y el puma se esconde en las alturas, nada lo vincula al ser humano. Me implico de lleno en esa red de sensaciones que me atraviesan, siento lo que me rodea y me dejo llevar por los caminos invisibles que me proponen y naturalmente, casi sin proponermelo hago las paces conmigo mismo y descubro gratamente que soy bienvenido.

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